jueves, 17 de marzo de 2011

¿Revisar las importaciones provenientes de Japón? No es mala idea

CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — El gobierno mexicano autorizó a la desaparecida Compañía Nacional de Subsistencias Populares(Conasupo) en 1987 la compra de 45,000 toneladas de leche en polvo procedentes de Irlanda. El cargamento estaba contaminado sobre todo con cesio, material radioactivo que se liberó un año antes, durante la explosión de Chernóbil. Pese a ello, el producto se comercializó entre la población mexicana.

Dado este antecedente, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, señaló este miércoles que, aunque México no está aún en alerta, se ha implementado un programa de verificación de productos provenientes de Asia, en especial de Japón, como pescado, vegetales, carne y leche, para prevenir contaminación radioactiva.

Las exportaciones de alimentos de México a Japón ascendieron a 549 millones de dólares de 2007 a 2010, mientras que Japón vendió a nuestro país 10 millones de dólares en este rubro.

Después de recordar el suceso de la leche contaminada, Epifanio Cruz, coordinador de la unidad de irradiación y seguridad radiológica del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que "no es mala idea" monitorear los productos alimenticios que provengan de Japón, ante el peligro radioactivo que vive la planta nuclear de Fukushima.

"Ha habido liberación de material alrededor de la planta, en particular lo que ha explotado en el reactor número dos que tiene alrededor de un 5% de uranio casi fundido", dice el experto en entrevista a CNNMéxico.

Frente al peligro de una explosión mayor, material radioactivo como el cesio 137 puede desprenderse, volatilizarse y dispersarse como un polvo muy fino que fácilmente puede impregnar productos cultivados o cosechados en un radio de 50 kilómetros alrededor de la planta nuclear, explicó.

"En todo caso, más que el problema directo de la explosión, lo que nos puede afectar es una decisión de compra de productos equivocada (como la de Conasupo)", dice el especialista.

Para volver a cultivar productos agrícolas sin riesgo a que se contaminen, advierte, tendrá que pasar un año aproximadamente, tiempo en el que se podría regenerar el suelo.

"La contaminación es una posibilidad, la afectación dependerá de la cantidad de material radioactivo y de alimentos que se consuman", coincidió Carlos Eslava, maestro del departamento de Salud Pública, de la Facultad de Medicina de la UNAM. Material como el cesio puede entrar por la vía digestiva al organismo humano y en dosis altas, puede ocasionar síntomas de radiación.

Qué suceda, agrega Cruz, es algo improbable pues el consumo debe ser mayor a una tonelada del producto contaminado. Si la dosis es baja, se puede eliminar, o bien fijarse en los huesos y permanecer ahí por 30 años, que es su tiempo de vida.

La contaminación podría llegar también a productos lácteos si las vacas consumen el pasto impregnado con el polvo del material radioactivo.

Tras alcanzar la etapa 6 de la emergencia nuclear, en cualquier momento el gobierno japonés podría poner en cuarentena los productos agrícolas que se produzcan en un radio de 50 kilómetros alrededor de la planta nuclear, como medida precautoria.

"En cualquier caso, un país importador como México tiene que monitorear alimentos provenientes del país asiático para evitar un consumo innecesario, si pueden reemplazarse con productos limpios en México", dice Epifanio Cruz.

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